Cuentos de Jirlian

Bosques del Sur Salvaje


 Erase una vez en el lejano Jirlian,  país de los pueblos libres y en paz. La tierra, el sol, y el agua apenas habían nacido, y con ellos se alzaron los grandes bosques. Con el nacimiento de ellos varias criaturas comenzaron a nacer en la creación, criaturas tales como: elfos, duendes, dríades y náyades. Nuestra historia se sitúa en uno de lo más grandes bosques de Jirllian: El Pantano. El Pantano, era como su nombre lo dice, un pantano. Un gigantesco pantano con árboles tan gigantes como los rascacielos de nuestro mundo, y un gran rió llamado La Corriente. El rio era vulgarmente llamado por las criaturas que subsistían de el como Hogar dulce hogar. Bueno, nuestra historia comienza no en este bosque sino en el bosque vecino, El Resplandor. El Resplandor fue bautizado no por su impecabilidad, sino, porque en las noches unas luces nocturnas decoran el bosque con su resplandor, de ahí el nombre. Pero bueno, ya fueron demasiadas descripciones por hoy. En El Resplandor vivía una bella princesa dríade, su nombre era Dafne, hija del rey Dendrobium, y la última descendiente del único e inigualable Señor de los bosques; Orman. Ella era una dríade de estatura promedio, delgada, con cabello rojizo, decorado con flores, y una piel blanca como la nieve. Continuando con mi relato, era una mañana fresca y callada, tan callada, que hasta el caer del roció de las hojas se oía, Dafne estaba al lado de un no tan profundo estanque mirando su reflejo. Hasta que el silencio se acabo con el ruido de pasos acercándose. La dríade voltio a ver quién era, y una sonrisa se dibujo en su cara. Era nada más y nada menos que Apollinaire el alce. El era un alce de gran tamaño, con unas astas magnificas. El había regresado después de mucho tiempo de un viaje al consejo de alces. El y Dafne han sido amigos desde siempre. Apollinaire le ha contado todas sus travesías a Dafne, como la vez que viajo al Triangulo del Rey, en el gran Mar del Norte, o la vez que viajo a la ciudad del Sol, la primera ciudad del hombre y la más poderosa jamás conocida. Pero, no había historia que más le gustara a Dafne, que la vez que viajo a El Pantano, y volvió con vida. A continuación, Dafne se levanto de su lugar y lo abrazo con  tal fuerza y cariño, que hasta a él alce se le fue el aire y este dijo.
-          Nina, no tan fuerte, mis años ya han pasado, ya no soy el mismo alce fuerte y joven de antes.
-          Para mí siempre serás aquel alce de tus historias- y le dio un tierno beso en el hocico.- Aquel alce viajero y resistente, que podía sobrevivir en un desierto por 40 días y 40 noches sin comer ni beber una sola gota de agua.
-          Gracias por el cumplido querida, a todo esto, que ha pasado estos últimos meses que me he ido?- pregunto el alce.
-          Nada en especial, este bosque sigue siendo el mismo bosque, aburrido y callado- le contesto.
-          Bueno querida, ya me tengo que ir, tengo que pasar a ver a muchas otras criaturas que también no he visto en mucho, he avisado de mi llegada a partir de una paloma mensajera, y abra un banquete al anochecer, y supongo que no te habían avisado que llegaría hoy en la mañana.
-          No, no me habían  dicho nada, y la verdad que estoy indignada, mi padre sabe lo mucho que te quiero- dijo con indignación la joven dríade.
-          Bueno, tu padre ha de haber tenido sus razones, después de todo, el es el rey de este bosque, pero bueno ya me tengo que ir, todavía debo saludar a la señora Canna y a otros más y en eso me llevare probablemente toda la mañana. Adiós.- la dríade se acerco y le dio otro abrazo, un poco menos fuerte que el primero, y le proporciono otro beso en el hocico.
-          Adiós- le dijo a este, mientras se alejaba- Te veo en la noche.
La noche llego y el banquete empezó, todas las criaturas acudieron, desde náyades hasta los puercoespines, que son un poco amargados, y muy territoriales. Todos bailaron al sonar de la música, y al punto a las diez, las luces comenzaron a surgir de la tierra y comenzaron a adornar el festejo.
A la mañana siguiente, Dafne se dirigió al recinto donde yacía Apollinaire. De dirigió al gran sauce del alce, que yace al sur del bosque. Cuando Dafne arribo, Apollinaire estaba en un profundo sueño, pero parecía que el sueno no era muy bonito que digamos. El alce se retorcía en el suelo gritando lo siguiente << Ayudenme, auxilio!>>. El alce parecía que estaba siendo atacado por una fuerza misteriosa. Dafne se asusto tanto que se acerco a él, y lo despertó para que no sufriera más de su pesadilla.
 – ¿Que paso?- le pregunto.
-Nada, solo una pesadilla- le contesto Apollinaire.- Que necesitas.
- Quiero que me cuentes la vez que entraste a El Pantano y saliste con vida.- le dijo con entusiasmo.
- Pero ya la has oído como cinco veces- renegó el alce
- Pero me ha encantado las cinco veces que la he oído- le volvió a decir, pero ahora, con una gota de suplica.- Por favor.
-Está bien, era una mañana………-

Era una mañana como cualquier otra, yo estaba decidido a vivir otra aventura, así que ese día me decidí aquello que era imposible, entrar a El Pantano y salir con vida, me prepare para mi aventura, y salí de El Resplandor. Al momento de pasar la line mágica que divide ambos bosques sentí un sentimiento de culpa y emoción. Al ya estar dentro, me apresure a llegar al primer lugar que quería ver: La Corriente. Te puedo jurar pequeña, que haber entrado ahí fue lo más torpe que pudiese haber hecho jamás, no sé cómo las criaturas lo pueden llamar Hogar, dulce Hogar. Total, me quede atrapado en el fango del fondo del rio. No podía hacer nada. Pensé que era mi fin. No podía gritar, yaqué los habitantes de El Resplandor tenemos prohibido entrar ahí. No tarde en descubrir, que el fango era arena movediza, así que, me comencé a hundir más y más. Para cuando estaba ya todo mi cuerpo dentro del agua, con mis pezuñas y una pequeña parte de mis piernas dentro del fango y toda esperanza parecía estar perdida. La vi. Una majestuosa figura estaba justamente enfrente de mí, claro, en la orilla. Ella se acerco, pero para cuando ella ya había llegado al lugar donde yo estaba, mi cabeza estaba ya dentro del agua. Nada mas sentí un jalón, y de pronto yacía en la orilla todo mojado. La extraña figura me había salvado la vida. Cuando ya me hubiese encorvado totalmente para darle las gracias, la figura ya había desaparecido. De pronto, oí una manada de elfos salvajes dirigiéndose a ver qué había pasado, y comprendí que aquel día no era un buen día para una aventura. Así que volví. El fin.

-          Para cuando yo regrese, tu ya habías nacido, habrías de tener, como unos 3 anos, así que decidí contarte la historia, y mírate, ahora ya eres toda una dríade- le dijo después de haber terminado su relato.
-          Me encanta esa historia, jamás me canso, me imagino cómo ha de haber sido aquella figura-
-          Hermosa, bueno, en mi opinión-



Ese día, al anochecer, pocas luces salieron de la tierra, así que El Resplandor quedo casi sin luz. Millones de velas fueron puestas para iluminar, pero de pronto un ventarrón se llevo el fuego y el calor de la vela. Dafne yacía en su árbol, mirando a El Pantano, preguntándose; ¿Que será? ¿Como será? Un sentimiento de aventura corrió por sus venas, esparciéndose atreves de todo su cuerpo. Así que, decidió ir a El Pantano. Dafne creía que ya estaba lo suficiente preparada como para vivir esa experiencia. Dafne no tenía necesidad de empacar comida, yaqué las dríades son parte planta, así que producen comida acumulada en azucares, en nuestro mundo esto es llamado fotosíntesis. Dafne paseo atreves de los arboles, evitando que alguien la viera. Por suerte, como ya lo dije, esa noche muchas luces no resplandecieron, si lo hubieran hecho, Dafne pudo haber sido atrapada en pleno acto. Dafne sentía como si fuera su día de suerte, ella sentía como si fuera el día perfecto para una aventura. Al momento de llegar a la línea mágica que divide ambos bosques sintió aquel sentimiento de emoción y culpa que también había experimentado Apollinaire. Para cuando ya había acordado todos los peligros que correría en bosque, ya estaba adentro.

Dafne comenzó a caminar con curiosidad, jamás había visto algo como esto. Se sorprendió al ver los arboles, intento escalar uno, pero resbalo, yaqué los arboles tenían la madera húmeda, moho en todos lados, y las ramas de abajo estaban lo suficientemente mojadas para poder resistir el peso de alguien. La dríade comenzó a pasear, hasta que comenzó a sentir una sed terrible. Se acerco a un pequeño charco de agua a beber. El agua estaba negra y fangosa, intomable, pero la dríade estaba  tan sedienta que no soporto el deseo de tomar un poco. Para cuando ya había metido la mano para agarrar agua para sorberla en su boca,  un ave aterrizo justo enfrente de ella y comenzó a beber del agua. No paso mucho tiempo para que el ave se comenzara a sentir mal. Primero recibió espasmos horrendos, el ave se retorcía en el suelo lodoso. Luego, una espuma le comenzó a salir del pico. Después el ave murió. Al momento de ver la terrible muerte del pájaro, Dafne arrojo el agua que tenía en la mano, y salió corriendo del charco. Dafne corrió y corrió hasta una grieta gigantesca. Después una tremenda sacudida ocurrió. Un terremoto sacudió todo el bosque, haciendo que la grieta se abriera más y más hasta convertirse en un acantilado profundo. Dafne pensó que este era el fin de su viaje, pero de pronto, un gigantesco trueno hizo que cayera un árbol, creando un puente, así Dafne aprovecho la suerte que tenia aquel día y lo cruzo. Sana y salva del otro lado comenzó a arrastrarse hasta poder levantarse en sus dos piernas. Llego el momento en el que ya estaba parada y se dirigió a un árbol cercano, intento escalar, hasta que lo logro, una por una iba escalando, hasta llegar a la copa del árbol. Ahí estaba lo suficientemente seco para pasar la noche. La dríade tomo una gigantesca hoja y la utilizo como colcha. Cayo en un tremendo sueno, yaqué estaba demasiado cansada por las tantas cosas que le ocurrieron, y en ambas casi muere, en una envenenada y en la otra aplastada. Dafne no logro dormir esa noche, se comenzó a retorcer como lo hacía Apollinaire en el Árbol del Alce. El sueño trataba sobre múltiples catástrofes en El Resplandor, como: Grietas gigantescas, llevándose todo a su paso al centro de la tierra. Una gigantesca ola de agua dirigiéndose al bosque, y la erupción del Afat, la montaña de fuego del Sur.

A la mañana siguiente, Dafne yacía en el árbol al que había escalado la noche anterior. Ella estaba decidida a comer algo, ya que los árboles obstruyen la entrada de luz solar, evitándose así la fotosíntesis. La única regla en El Pantano, era cazar para sobrevivir, si alguna criatura es atrapada robando, la criatura será condenada a la hoguera, y el pueblo de El Pantano tendrá derecho a comer de la carne del traidor de la ley. Lo malo es que las driades no pueden comer carne de otros ya que seria en contra de la naturaleza, es como ver a un venado comerse a un león, esa no seria su naturaleza, así que decidió ir a recolectar vegetales al suelo. Dafne bajo del árbol y comenzó a caminar alrededor. Lo único que había encontrado era arroz silvestre y algas. Camino y camino por toda la redonda sin encontrar nada más que esto, así que decidió prepararse un estofado de arroz con algas. Llego al árbol, o escalo, y preparo una hoguera para cocinar. Creo una bella olla con una calabaza que hallo, y comenzó a prepararlo. El olor era fuerte, pero no olía mal. Mientras estuviera lista la comida, bajo a buscar condimentos para darle sabor a la comida, encontró pimienta y especias. Cuando ya hubiera regresado a apagar la hoguera y disfrutar su comida, ocurrió algo tremendo, hallo la olla de calabaza hecha pedazos en el piso, y su comida había desaparecido. La dríade sostuvo una roca en la mano de las que utilizo en la fogata, y la mantuvo en alto para defenderse. De pronto, un cuchillo de piedra filoso salio de las hojas de árbol al borde del cuello de la joven. Antes de que el asesino diera el golpe de gracia, la dríade se adelanto antes que el, y lo agarro del brazo, tumbándolo de espalda contra el piso del árbol. La criatura era un joven. Un apuesto joven con tatuajes étnicos de la región, pelo de el eran como hojas, como si fuese un arbusto en su cabeza. La dríade sostuvo la roca por si a aquella criatura se le ocurriera darle un cuchillazo. Pero no paso mucho tiempo para que el joven diera s propio ataque. La empujo con sus dos piernas, lanzándola hacia una esquina. De pronto, el elfo saco una lanza de un rincón del árbol apuntando hacia ella. Luego, comenzó a hablar en una lengua desconocida para ella. Dafne sabía hablar, duende, troll, gnomo, náyade, danae, centaures, elfo, y grifo Pero nunca había aprendido aquella lengua u oírla hablar en algún lado. Era como una mezcla entre elfo y náyade. El joven dejo de hablar ese dialecto y comenzó a hablar normal.

-          ¿Quien eres? - le pregunto el joven a ella- y que haces aquí en mi hogar.
-          Yo nada mas estaba pasando la noche, pero no sabia que ya estaba habitado este lugar- le respondió.
-          ¿De donde eres?- le pregunto por segunda vez.
-          De El………- Dafne de pronto se acordó que estaba prohibido ir a El Pantano, y que no volvería a ver a su familia y amigos.- De la isla de Grand, al sureste, voy a visitar a mi familia al Triangulo del Rey, al norte. ¿Te puedo preguntar algo?
-          Si, claro-
-          ¿Que lengua estabas hablando hace unos momentos? le pregunto Dafne.
-          No la conoces-
-          No-
-          Es la lengua del árbol, la lengua más antigua jamás creada, y es la raíz de varias lenguas.
Así continuaron por media hora, con  preguntas como ¿Qué eres? ¿Como te llamas? Etc… El joven era un elfo del árbol, ósea los elfos que viven por todo el Pantano y que se llamaba Lillium.

Mientras ellos se conocían, en El Resplandor una revuelta cabeza se origino. Nadie sabía donde estaba la princesa, y gigantescos sapos comenzaron a emigrar de El Pantano hacia El Resplandor, infestando así todo el bosque. El rey mando a llamar al alce para tener una conversación en privado con el. Al momento de llegada del alce a donde yacía el rey. Luego comenzó el rey a hablar.

-          No crees que el bosque se ve hermoso con estas criaturas resbalosas y ponzoñosas?- le pregunto el rey al alce
-          Por su puesto que no, si me a decir algo, dígamelo ya, de una vez por todas.-
-          Bueno, hay rumores que dicen que mi hija se esta aventurando en El Pantano, sabiendo que tiene prohibido ir ahí, a vieron ayer en la noche escapando a hurtadillas del bosque. Acaso tu sabes porque decidió hacer tal locura?
-          Desconozco porque-
-          Porque tu le has metido tus historias de tus aventuras en su cabeza,  todo esto es por tu culpa-
-          Ella tiene el espíritu de su madre, ella es aventurera y valiente como su madre, y no lo niegues Dendrobium, porque seria un deshonra en su memoria-
-          Pero Apollinaire, tú conoces la balanza, toda causa tiene un efecto, y no tardando demasiado en surgir-
-          Lo sé su señoría, se que le he contado demasiado, no medí el peligro.-

Fin de la conversación.

En El Pantano, Dafne y  Lillium, hacían del tiempo oro, después de comenzar con el pie derecho, algo comenzó a nacer en el corazón de Dafne, una fuerza más poderosa que cualquier magia, lo que estaba naciendo en su corazón, era: Amor. Esto no solo ocurría en el corazón de la dríade sino también en el del elfo.

Días pasaron desde la salida de El Resplandor, aquel bosque que era limpio, impecable, ahora es una pocilga apestosa, con una plaga de sapos gigantesca, pero no solo El Resplandor sufrió cambios, El Pantano estaba siendo visitado por las luces mágicas de el Resplandor, quedándose este sin aquella cosa que los representaba. Dafne ya se había instalado en la casa de Lillium. Todos los días bajaban para pasear por El Pantano. Un día bajaron, y se hallaron una sorpresa. La Corriente se ha secado. El gran rio de El Pantano se había secado. La mitad de las criaturas que subsistían de él, habían muerto. Todo a raíz del desbalance de los bosques. Aunque aquellas criaturas eran horrendas y ponzoñosas, perdieron su hogar. El consejo del bosque se reunió con todos los habitantes en el árbol del destino, el centro de El Pantano. Criaturas de todos tipos de tamaños, formas, y colores se reunieron para  hablar sobre el problema que ha ocurrido. La audiencia se cayó, mientras el Rey del bosque se preparaba para dar su discurso, para luego pasar a recibir las quejas de los habitantes. El Rey del bosque comenzó su discurso así.

Criaturas, bestias, animales, hoy nos hemos reunido, para hablar sobre la terrible sequia y muerte de la Corriente. Esto, recuerden, ya había pasado en años pasados. A raíz de la infiltración del enemigo en el bosque. Eso significa, que algún habitante de El Resplandor anda merodeando por este bosque. Si alguien sabe algo sobre este intruso no dude en reportármelo, y quien lo esté escondiendo, será castigado de la peor manera posible: la hoguera. Aquel traidor será cocinado a las brasas en la hoguera del pueblo, y todos se llevaran el mejor festín en anos. Bueno ahora pasemos la voz al pueblo. Buenas Tardes y gracias por su atención.

El primero en hablar fue el Señor Krokodille, también llamado su señoría, yaqué es el jefe principal del consejo de La Corriente.
-          Según me informaron, varios elfos centinelas vieron el momento de la evaporación del rio. Según me dijeron, el sol se puso agresivo un par de segundos, y en ese par de segundos ocurrió la catástrofe. Esto su señoría es probablemente, según me informan, la peor catástrofe que ha sufrido El Pantano en anos.- dijo el señor Kokodrile en tono profesional.
La siguiente en hablar fue la señora Galapagos, una gigantesca tortuga de más de 500 anos.
-          Según yo recuerdo, yaqué tengo medio siglo de vida, Jirllian nunca ha sido una tierra en paz. Cada vez que el mal vea la oportunidad de alzarse la toma con toda libertad y confianza. Así que creo absurdo esto de castigar a la pobre persona que haya pasado la línea. Y si, yo estuve cuando se decreto esto.-
Despues de las palabras de la tortuga todo el mundo comenzó a pelear a favor y no a favor, hasta que el rey grito.
-¡Silenció!- exclamo
Todo se calmo.
-          La audiencia ha terminado, pueden retirarse-
El lugar fue despejándose uno a uno, hasta quedar vacio.
-          Si El Resplandor guerra es lo que quiere, guerra es lo que tendrá- dijo el rey a su confidente, Kendt.

A la mañana siguiente todo el Pantano se preparo para la inminente batalla entre ambos bosques, en El Resplandor no tardo en saberse sobre el ataque y también se prepararon. Dafne estaba de lo más preocupada esa mañana yaqué se sabría que ella es la hija del rey Dendrobium, y lo peor es que Lilium no lo sabía.
Esa misma mañana Dafne le dijo toda la verdad a Lilium para quitarse un peso de encima, lo bueno fue que el joven lo tomo de la mejor forma y la perdono. Bueno, volviendo a lo de la batalla. Había un mayor número de posibilidad a que El Pantano gane, ya qué sus tropas son de mayor numero. Cuando ambos se hubiesen ya preparado lo suficiente comenzaron a avanzar. Hasta que llegaron a la línea que separa ambos bosques. Ambos están listos para luchar. El primero en cruzar la línea fue El Pantano, dando inicio a la Batalla de los Bosques del Sur Salvaje. La batalla dio inicio, a los pocos minutos de haber comenzado, El Pantano ha logrado debilitar a El Resplandor, reduciendo notoriamente su número. Dafne y Lillium se dirigieron a máxima velocidad al encuentro entre los dos. Para que les pusieran atención  ambos, Lilium tuvo que cargar su arco con una flecha y darle en el costado a un cocodrilo que estaba peleando contra una náyade, casi matándola a golpes. El Rey de El Pantano se da cuenta de tal traición y paran la batalla gritando.
-PAREN, PAREN!-
Ambos se colocaron en la línea de división entre ambos mirando a su propio bosque, hasta que comenzaron a exclamar el siguiente mandato.

Cada continente, país, ciudad, pueblo o bosque, tiene sus libertad de derecho y expresión, esta es una de los tantos mandatos con los que fue creado Jirlian, y llevamos quebrantándola más 500 anos. 500 anos pensando en cual bosque era el más impecable, o el más recto. ¡No más!

Justo en el momento en el que terminaron de decir esto, una gigantesca ola de agua del norte se alzo, dirigiéndose justo a ambos bosques. Todos comenzaron a correr aterrados, pero los enamorados se quedaron ahí, abrazados. Justo cuando la ola golpea los bosques uniéndolos, los dos dan el ultimo sacrificio, dando sus vidas, por el bienestar de su pueblo. Convirtiendo así a ambos en un árbol con dos troncos entrecruzados, uno era de un árbol fangoso y mohoso, y el otro era un hermoso cerezo, ambos estaban entrecruzados con sus troncos, dando inicio a la unión entre estos dos bosques, dando inicio a una nueva era de igualdad, paz y tolerancia.

El Fin

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